Oda a mi lesión #211
En enero de este año tuve el veredicto de una fisura en la rotula derecha y eso significó dejar de correr. Aquí algunas reflexiones sobre lo que ha significado para mí.
Queridos odistas,
Ya estamos terminando el 2025 y así espero, dejando atrás la lesión que me tuvo sin correr gran parte de este año. Lo que fue y sigue siendo un gran desafío.
Después de la maratón de Valencia, en diciembre del 2024, seguí entrenando como solía hasta que una mañana de enero, un dolor punzante me obligó a detenerme. Pensé que sería algo pasajero, pero no. Tras la consulta con el doctor y la primera resonancia de mi vida, recibí el diagnóstico: fisura en la rótula derecha.
Mi rodilla nunca volverá a ser lo que fue. No tiene cura, solo manejo de la lesión y rehabilitación. Cuando escuché al médico, no dimensioné lo que se me vendría, pues nunca había tenido ningún problema. En marzo, al volver de vacaciones, empecé con dos sesiones semanales con el kinesiólogo. Dejé de correr y me diseñaron un plan de fortalecimiento y masajes fuertes, además del gimnasio.
Comencé con la bicicleta estática y la natación, dos deportes que, si bien los había practicado, nunca habían sido mis preferidos. Debí ejercitar mi mente para ir levantarme temprano para la bicicleta o bien, a la piscina temperada. Tomé clases particulares para mejorar la técnica. Luego, unos meses más tarde, me cambié de piscina y seguí con clases colectivas. En más de una ocasión el termómetro marcó menos de 28 grados. Volvía a casa frustrada.
En julio ya estaba corriendo tres minutos, muy lento; mantuve las sesiones de kinesiología, elongación y rodillo.
En septiembre me dieron el ok para correr más. Volví a mi grupo de trote que se reúne los martes y jueves en el Parque Bicentenario. Siempre muy lento, pocos kilómetros y enfocándome en la elongación.
Mi sueño es correr otra maratón y espero, en el primer semestre de 2026, unos 21K. Lo máximo que he corrido hasta hoy son 10k. Lo bueno es que el dolor no ha vuelto a dar señales de vida.
8 cosas que aprendí gracias a mi lesión:
Si quieres volver a correr, debes cultivar la paciencia.
A sobreponerme a la frustración.
Soy capaz de practicar otros deportes.
Lo mejor para reemplazar el trote (para mí) es el nado, luego la bicicleta y también caminar.
Trotar no es el único deporte que te puede traer placer, pero sí lo es para mí.
La fortaleza mental no se mide solo en la cantidad de kilómetros, sino que también en la capacidad de sobreponerse a la frustración y mantener una rutina deportiva.
Correr me gusta más de lo que suponía.
Es importante disfrutar el hoy porque mañana podría volver el dolor.
Hace poco estaba leyendo Teoría de la gravedad de Leila Guerriero y me encontré con esta reflexión:
“Corro para aprender a aguantar lo que no se aguanta, para no llegar a ninguna parte, para romper el insano silencio del mundo”.
A Leila la entrevisté en Espiral
Mis momentos
Estoy agradecida: Del viaje a Miami con mis hermanas.
Algo que aprendí: Gracias a la “Historia del arte” de Claudia Wool, estoy aprendiendo mucho y me enteré de que fueron los florentinos a finales de la Edad Media, quienes se cansaron del arte plano y decidieron pintar el arte tal cual lo ven nuestros ojos.
Fui feliz: Corriendo por el borde costero con mi hermana.
Aquí te dejo el enlace a la entrevista en profundidad al escritor español y podcaster de Grandes infelices, Javier Peña.
Y mi canal de YouTube.
¿Has sufrido lesiones?
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"Es importante disfrutar el hoy porque mañana podría volver el dolor." Así es, no debería, pero pasa que no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Y entonces, hacemos tarde. Me parrasen unas lecciones muy valiosas las de tu lesión.
Espero que te mejores y que puedas volver a correr todo lo que deseas y más allá. Pero, si ese no fuera el caso, espero que disfrutes de tus alternativas, tanto o más. Siempre tenemos alternativas.
Cuidate mucho