Soy zurda y me encanta. No me imagino siendo diestra, sin sufrir con las tijeras, o que el puño no se manche con la tinta, jugando tenis como todos. Si jugara golf también necesitaría unos palos especiales. Estoy acostumbrada a que se me entierren los espirales de los cuadernos. Ahora solo compro los de colegial básicos, sin espiral. Mi profesora de tejido sufre con mi forma de tejer. Y estos son solo unos ejemplos.
Mi mamá también era zurda, también es mi tercera hija, una sobrina y una prima. Al parecer las mujeres de la familia son las que gozamos de este don. Pertenecemos al diez por ciento de la población. Los expertos no lo consideran un gen recesivo porque varios son los factores que lo determinan. Si tuviera que establecer un aspecto que me ha complicado más la vida, es que los zurdos escribimos feo, mi letra es ilegible. Cuando escribo en papel, debo situar la hoja ladeada hacia arriba. Durante un tiempo intenté perfeccionar mi caligrafía, más bien, quise hacerla legible con ejercicios escolares de primero básico y si bien algo me sirvió, no fue la solución. A ello se suma que soy acelerada y no tengo paciencia para delinear bien el tramo. Compadezco a mis profesores del colegio y de la universidad. Yo me habría puesto un tres con solo ver esa grafía.
Cuentan que Alejandro Magno y Julio César fueron zurdos. ¿Los habrán tratado de convertir en diestros? A mi mamá, por ejemplo, le hicieron la vida imposible en primaria, intentaron transformarla en diestra.
Son divertidos los mitos que rondan alrededor nuestro. Algunos dicen que somos inteligentes y creativos, pero también más torpes (yo sería un excelente ejemplo de ello), tenemos más problemas de salud mental y somos muy buenos para los deportes (qué mito más grande, yo todavía no gano ninguna competencia). Estoy de acuerdo que además de torpes, somos más propensos a los accidentes aunque pienso que eso podría ser porque el mundo está pensado para los del otro bando.
Barack Obama, Oprah Winfrey, Winston Churchill y Albert Einstein son algunos de los que miran el mundo por la izquierda. Me pregunto si Obama y Churchill habrán ocupado pluma para firmar los tratados porque es bien difícil para nosotros, el papel lo ensuciamos rápidamente con la tinta y queda horrible. Me han recomendado tijeras, pero nunca las he comprado. Existen lugares para zurdos, pero tampoco los conozco porque la verdad, ya estoy acostumbrada a pertenecer a esta pequeña gran mayoría.
¿Será zurda María José Aguayo? ¡Ni idea! Pero sí conocí muchos aspectos reveladores sobre su vida y su forma de enfrentar su carrera como escritora. Te invito a escucharla.
Mis recomendaciones:
Un podcast: Wiser Than Me with Julia Louise- Dreyfus o Más sabia que yo ¿se acuerdan la actriz en el papel de Elaine en Seinfeld? Ella es la conductora de este programa en que conversación con mujeres de la tercera edad y su sabiduría. Me encantó el último episodio con Jane Fonda.
Una película: Pollock (2000) producida, dirigida y protagonizada por Ed Harris; han pasado veinticuatro años desde que la vi y todavía recuerdo lo que me impactó al conocer la vida del artista de Jackson Pollock, con su estilo muy disruptivo marcado por sus habilidades zurdas.
Mis momentos:
Fui feliz: Al ver nevar.
Aprendí: El traje de vestir se inventó en Inglaterra durante la Revolución Industrial. Resulta que la clase media emergente buscaba una vestimenta que fuera práctica y al mismo tiempo reflejara su estatus social. George Bryan “Beau” Brummell, un famoso dandi británico, lo popularizó. A él le debemos que los hombres ocupen los trajes oscuros, el gilet y corbatas.
Estoy agradecida: Del WhatsApp, esta semana ha sido vital para coordinar mi vida.
Lee. Escribe. Crea con los zurdos.
Soy zurda, nunca aprendí a tejer bien si bien me hice chalecos pero me estreso porque aprendí con una diestra. Mismo tema el crochet. Los cubiertos los uso como derecha y no tengo tema con el mouse. Quizás soy más ductil con las dos manos ahora, no así de joven. Un abrazo Fer