Mi sueño frustrado: viajar ligera #89
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Mi sueño frustrado: viajar ligera #89
Este boletín es para los curiosos que desean una vida plena y pausada.
Compártelo, me harías muy feliz.
Queridos amigos,
Este es el último boletín hasta marzo, me voy a tomar libre febrero (el otro domingo mandaré algo muy breve). Me encanta escribir semana a semana pero necesito unas vacaciones sin compromisos. Hace bien.
Los antiguos recolectores no podían suspender la caza y nosotros, lo hacemos sin mayores problemas. Nuestra vida está estructurada en torno a las semanas que dejaremos de ir a la oficina, a la consulta, a la tienda. Para “los otros”, los que trabajamos netamente en el área creativa y de manera independiente, es un desafío ponernos en pausa.
La historia sobre las vacaciones se remonta a Tarquinio el Soberbio. Qué bondadoso fue con sus esclavos cuando decidió otorgarles un día anual de asueto durante las ferias latinas de abril. O sea, tuvieron “vacare” lo que significa estar libre.
Cinco siglos más tarde, con Julio Cesar y su sobrino Augusto, la feria comenzó a celebrarse en los meses más calurosos del hemisferio norte, es decir, julio y agosto. En la Edad Media este lujo romano quedó en suspenso, aunque con el auge de las peregrinaciones y de los feriados religiosos se desarrolló otro concepto de vacación. En el siglo XVIII, en los estados italianos, se popularizó lo que tildamos como “presumir”, los ricos querían demostrar que se podían escapar cuando lo desearan y los ingleses iniciaron lo que hoy conocimos como turismo. Enviaban a sus “niños” a Italia para que se empaparan de la cultura clásica e inventaron el “turismo termal”.
En el siglo pasado, las vacaciones dejaron de ser una regalía exclusiva de reyes y aristócratas, siendo accesibles para todo aquel que pudiera juntar sus pesos y arrimarse a la playa, montaña o donde sea. Los primeros países que la definieron como un derecho inalienable fueron Finlandia, Austria o Suecia en la década del veinte.
Salir, cortar la rutina requiere mucha preparación y uno de mis sueños frustrados es viajar ligera, admiro a los que son capaces de hacer malabares con su ropa y necesidades para un mes. Resumir la vida en una maleta.
Cuando mis hijos eran chicos tenía que preparar lo mío y obvio, lo de ellos. Además claro, de los pañales, las sillas, las comidas, los juegos ¡benditos juegos!, actividades manuales, baldes y obvio, libros.
Si bien no es necesario salir de la casa para descansar, una gran cantidad de personas opta por conocer y viajar a destinos exóticos, desconocidos en términos de cultura e historia y a mi juicio es menester suplir esta ignorancia. Hace un par de años fui a Vietnam y Tailandia -antes de la pandemia- y no iba a llegar sin haber hecho mi mejor esfuerzo, por eso leí a los autores locales.
Para los que somos lectores, seleccionar qué leer es otro aspecto vital de la planificación. Los que lo hacen en digital no se complican como nosotros, los que seguimos pegados al papel. Ojalá (he tratado) pudiera olvidarme del libro físico cuando viajo. Por eso, además de mi maleta "grande" voy con una de cabina donde pongo el peso “extra”. Ahora bien, si vas a un solo destino, todo se vuelve más sencillo.
El viaje constituye una rama muy amplia dentro de la literatura, el cine y también la filosofía. Viajar tanto de manera física como abstracta, conlleva una serie de cambios y desafíos. Antiguamente solo podías hacerlo de manera literal o bien, gracias a libros y películas. En el futuro con el metaverso y las nuevas tecnologías, podremos sentirnos en el Caribe aunque estemos pisando el pavimento de la ciudad.
Haciendo memoria recordé que cuando era universitaria usaba las guías turísticas del tipo Lonely Planet y aquí en Chile, la Turistel. Hoy son artefactos de museo. Tengo una amiga que en su biblioteca todas las Lonely Planet que la acomopañaron a recorrer el mundo.
Ahora bien, para los que están buscando lecturas vinculadas al viaje descubrí un sitio buenísimo. Francisco Moya, rescata la idea de que es posible hacerlo sin moverse de la casa. Él se ha ido especializando en este género literario y tiene organizado su sitio por destino, ya sea Europa, Asia, Latinoamérica y vamos sumando. Además, en una de sus pestañas da a conocer a “los grandes y pequeños viajeros”, con lo que va creando una biblioteca muy interesante.
Ya ves, puedes irte de vacaciones y conocer el mundo de múltiples formas. Solo debes decidirte a ver cómo concretarlo.
Nos vemos en marzo.
Mis recomendaciones:
Un libro: Memorias de África de Isak Dinensen (seudónimo de Karen Christentze Dinesen). Son las memorias de una danesa que vivió durante diecisiete años vivó en Kenia, lo que entonces se llamaba África oriental británica. Lo escribió primero en inglés y luego lo tradujo al danés. Precioso.
Película: África mía (Sydney Pollack, 1985) es la adaptación de ese libro y un gran filme protagonizado por Meryl Streep y Robert Redford.
Mis momentos
Feliz: Con los comentarios de varios suscritores sobre el boletín que se titulé Celebrar la amistad, ¡vive Ubuntu!
Aprendí: En Marruecos, los nacionalistas, es decir, los que buscaban la independencia de Francia, fueron los que abogaron por poner fin al sistema de harem. Esto se logró paulatinamente a partir de 1956, además del ingreso de las mujeres a la educación. Un harem o harén, que en árabe significa “sagrado”, proviene de la tradición musulmana en que las mujeres de la nobleza o alta alcurnia, junto con los niños, esclavos y eunucos debían vivir dentro de un hogar comunal. Solo podían salir de este edificio bajo un permiso previo otorgado por el marido o la persona que estaba a cargo de la administración.
Agradecida: De que ha hecho menos calor aquí en Santiago.
Lee. Escribe. Crea con
vacaciones
Karen.
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